Dos personas, actúan en un pequeño escenario, delante de una máquina de
escribir. Uno de ellos, escribe palabras que dan forma a su pensamiento;
el otro, le observa, le pregunta. El que escribe, se ha pasado toda su vida
encerrado dentro, del olvido, de una sociedad que margina a los seres
disfuncionales. El que pregunta, se ha pasado toda su vida recitando, poemas,
que nadie escucha, pero que todos aplauden por miedo a no estar altura de los
intelectuales. Cada uno ellos, opta por colocar sus pies de una forma. Uno los
cruza; el otro los deja paralelos. No son tan diferente, pese a ser uno alto y
otro bajo, son iguales, pues ambos buscan ser escuchados.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
No hay comentarios:
Publicar un comentario