Camino
envuelta en otras épocas, en otras emociones, en otras distancias; que me
cuesta escalar, puesto que, al intentarlo, pierdo el equilibrio, caigo y mi
sangre forma parte de esqueletos, enterrados dentro de los muros del olvido; de
donde nadie los rescatará; puesto que, sus voces no susurran, no hablan, no
gritan al destino, solo lloran cubiertas, de silencio, en sus columnas del
tiempo; inmersas en relojes sin
sentimientos, ni besos, que las muestran indiferentes al sufrimiento de la
miradas, en blanco y negro, que las interrogan en busca de respuestas a su
soledad.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)) ©
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