Dos sombras, se acercan dentro de sus silencios,
se intentan controlar para no dejarse invadir, por el pensamiento, de la otra, que
puede acotar la musicalidad del pensamiento, invitarlo a claudicar ante el
error del dolor, que cae, como si fuera
sudor dentro de sus cuerpos invisibles, que se despiden al alejarse, al convertirse
en soledad de nuevo; para llorar aislados dentro de su penumbra, a la que se
abrazan como si fueran náufragos del olvido
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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