En las calles solitarias, abandonadas,
desdibujadas, corre el viento del olvido, que se posa sobre la memoria, de
quienes caminan ajenos al paso del tiempo; de quienes caminan envueltos en su
ego; de quienes caminan sujetos a sus lágrimas; que son incertidumbres, tendidas
al sol, que golpea su débil corazón, que
se afana por sobrevivir en soledad; conminado a ser uno más en círculos de amigos,
donde crean palabras que no le pertenecen, pues su voz se ha quedado dormida
dentro de las ojeras del recuerdo, adonde vuelve en sus calles, esas calles que
nunca le traicionaran.
Ana TAPIAS( todos los derechos reservados)
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