.Las ciudades son una
suma, de muchas piezas, que han de encajar en el puzle de la monotonía. En mi
ciudad, Segovia, las calles, están viejas, rotas, descuidadas; inmersas en el
abandono. Los que caminamos por ellas, hemos de mirar al suelo,
para no tropezar sobre la desidia, de aquellos, que deberían
cuidarlas, que deberían protegerlas, que deberían arreglarlas; para que, nuestros cuerpos, no se tambalearan, una y otra vez, sobre la nada;
que se ha pegado a las neuronas de alcaldes, de concejales; quienes protegidos,
por sus coches oficiales, no reciben los impactos en sus esqueletos de calles; que desdibujan una ciudad, entregada al recuerdo
del pasado, que mutila el presente; encriptado en miles de baches, de donde es
imposible zafarse sin salir herido; sin desembocar en la desesperanza; sin
murmurar lágrimas; de una ciudad, que
anhela poder caminar sin miedo.
Ana Tapias(todos los derechos reservados)©
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