Alguien desayuna cada día
a la misma hora, no piensa, se deja llevar por su instinto de supervivencia, que
le deja en una taza con café, o en una taza de cola cao; que rellenará con cereales, con galletas o
con pan; escucha la radio lee las noticias; mira el móvil; mientras, el día, se
aproxima sigiloso como si fuera un adiós, al lado de muchos adioses; de cada de
una de las personas que desayunan a la misma hora, soñando con la inmortalidad
del momento; que es tan efímero como la nostalgia de sentirse héroes ante el
destino: que dibuja sombras en torno a
quienes saltan sobre el mañana que invita a abrazar a la fantasía ; que perfila
sombras en entorno a quienes cantan memorias que recuerdan el ayer; que
balbucea sombras entorno a quienes desmenuzan palabras, que hablan con
abecedarios caducados, que caminan sin adulterar el deseo de sentirse vivo.
Con amor a mi sobrino, GGT
Ana Tapias( todos los derechos reservados)(©
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