Veníamos Alicia y yo de hacer algo deporte. Es una zona alejada de la ciudad: cubierta de árboles. No hay mucha gente. Siempre miro por precaución a la gente que va. Ya de vuelta, tranquilas, un hombre pegado a nosotras. Alicia se giró y le vio mala cara. Se volvió a girar y vió que llevaba medio miembro fuera del pantalón. Cruzamos el semaforo y le dejamos pasar. Se metió su miembro en el pantalón, le dejamos pasar... y se dio la vuelta y empezó a seguirmos. Pensé que se iría, no lo hizo. Volvió al lugar donde estabamos. Nos seguia de lejos. No sabiamos qué hacer. Todo el rato era " está detras, esta detrás". Afortunadamente habia un bar cerca: el bar San Marcos. Mandamos un sms a una amiga para que nos fuera a buscar, no estaba en la ciudad. " Llamar a la policia ",nos dijo. Nunca llamabamos a la policia. Nos sentiamos confundidas. El hombre pasó delante del bar. No podiamos salir de él... Se lo dijimos a los de bar que llamaron a la policia. La policia nos preguntó. Tengo lagunas en lo que pasó, debido al estado de shock en el que me encontraba.
Todos los dias iba a ese lugar, y muchas veces sola, nunca me ha pasado nada. No volveré a ese lugar. Me da rabia no poder hacer mi vida porque un hombre a quien no conozco me siga y me condene a no ser libre.
Luego he decidido hacerlo público pocas condenas al acoso y sí muchas palabras que violan mi ánimo.
El acoso, no es para reirse. El acoso hay que denunciarlo.
Ha sido una experiencia dura... Estamos vivas. Si hubieramos pensado que no pasaba nada y nos hubiera seguido, no sé que hubiera pasado.¡ Habrá tantas mujeres que no pudieron reaccionar!..
Yo condeno el acoso, el abuso, y las violaciones.
Hoy han violado mi sonrisa y eso no lo perdono.
Ana Maria Tapias Garcia.
A mi amiga Alicia.
