Muchas veces creo que las mujeres son como las torres que me encuentro en mis paseos. Torres que vigilan sus vidas y las de sus familias. En los Campos de refugiados de Somalia, las mujeres encima de sobrevivir, han de vigilar a los hombres. Hombres que las violan. Sus violaciones permanecen en el reino del silencio. No pueden denunciar ante los policias, algunos de ellos son cómplices de la violencia sobre sus cuerpos.
Las mujeres Somalies viven atrapadas entre dos guerras: la de su país y la que ejercen contra sus cuerpos.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/08/30/internacional/1377879055.html
Parece que el mundo sólo condena las armas químicas. Para las somalies las armas químicas son los hombres.
Yo condeno la violencia, yo condeno la violación.
Ana Maria Tapias Garcia
No hay comentarios:
Publicar un comentario