Cuando las fotografió creo que piensan. Piensan en el sufrimiento que los humanos causan a otros humanos. Piensan en el dolor invisible de las miradas de quienes las miran. Piensan que ellas se han salvado de llorar. Piensan que su soledad es el precio que han de pagar por ser libres. Libres de seres de carne y hueso que no tienen corazón. Su corazón lo han vendido en cada arma que han comprado. Armas asesinas que matan a niños, mujeres y hombres convertidos en estautas del dolor.
Las estatuas son todos aquellos que muren a manos de la violencia.
Ana Maria Tapias Garcia.
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