Los tambores recorren las calles en Semana Santa. Las lágrimas humillan a nuestros ojos que miran al pasado, al presente, al futuro; que sienten las injusticias de la vida efímera; que compran recuerdos a la memoria en una subasta en blanco y negro; que no saben cuando nuestros corazones dejaran de latir. Los tambores anuncian una muerte imposible de acallar.
Ana Tapias
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