Las grietas del tiempo se cuelan en el atardecer. Viajo a la Edad Media, llevo armadura. Soy una mujer que huye de la dictadura de maquillarme, de pintarme los labios, de ponerme tacones, de comer brocoli, de no ser segura en el trabajo, de ponerme nerviosa, de pelearme con el destino. Cabalgo hacia la libertad, nadie me persigue, estoy a salvo. La noche me devuelve a la monotonía, he de poner el despertador.
Ana Tapias
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