Hay una edad, donde los cumpleaños, son
lagrimas que soplan velas y los deseos
no se cumplen; donde las siluetas, se
desdibujan en el horizonte y ni la utopía es capaz de abrazarla; donde el mejor
regalo, se desenvuelve en el recuerdo; donde la melancolía, se suma a la
felicidad de haber formado parte de nosotros; donde el ayer, se vuelve hoy en
una fecha del calendario, que celebramos, es la edad del silencio.
Ana Tapias( todos los derechos reservados) ©
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