La lluvia cae sobre el suelo, habla con los
cristales, grita en la cima de los árboles. La lluvia no duerme, siempre está vigilando
nuestro sueño. La lluvia no marca fiebre en termómetro, pues sus gotas, se
evaporan dentro del nostalgia. La lluvia es el recuerdo de nuestro primer paraguas, que
abrimos al lado de nuestros abuelos, quienes emocionados miraban nuestras
caras infantiles, sabiendo que la misma lluvia nunca vuelve, porqué su sonido
es un eco efímero.
Ana Tapias( todos los derechos reservados) ©
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