Hay días, que solo encuentro abrigo en el frio, que me besa sin pedirme nada a cambio; que me quiere sin malversar mi destino; que me acoge sin pedirme hipotecas. Mis manos, rojas, sellan mi incredulidad ante un mundo que no entiendo. Mis pies, helados, caminan entre la incertidumbre de personas que no entienden la belleza como arma de expresión. Mi cuerpo, constipado, de sueños, se dirige hacía un iceberg, donde fundirse en soledad. Hay días, que me abrazo a la utopía.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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