La infancia con el paso de los años, se ahoga
dentro de la memoria, como las viejas zapatillas, apretujadas, dentro del
armario junto a desgastadas preocupaciones, a estresadas angustias, a
desdibujabas esperanzas. Zapatillas que llevábamos al rio, para dibujar
peces de colores, que se han transformado en esqueletos, que acariciamos
desde nuestras gafas de bucear, con la certeza que nuestro destino es formar
parte del olvido.
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