El olvido es un semáforo, que cambia de luz con los días,
con las noches, que se ciernen sobre nuestra imaginación, que baila sobre
nuestro deseo, que acuna nuestra esperanza, que destierra nuestra melancolía,
que intuye nuestro dolor, que acampa en nuestros sueños; que descansan en silencio,
resguardados, bajo la soledad de la monotonía, que siempre es un anexo a
nuestra felicidad que cambia , de color, junto con nuestro destino
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