No somos conscientes, de que nuestra mirada se alimenta de sueños,
que cree en la esperanza, que busca el consuelo en las sonrisas, que
acaricia el paisaje desde su dolor, que resiste a la soledad bajo sus zapatos,
que anhela primaveras en su destino, que susurra paz en las palabras, que
admira abecedarios con tachones, que encuentra empatía en el miedo de los
demás, que imagina mundos al otro lado de la distancia; por eso a veces,
nuestra mirada cansada de la indiferencia de nuestro pensamiento, se vuelve
niebla que cubre nuestro cuerpo de olvido
Ana Tapias( todos los derechos reservados) )©
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