Nuestros ojos cansados de soñar utopías, despiertan al día aún cegados por
la melancolía, de dejar atrás un mundo donde los muertos vuelven a nosotros, para
transformase en seres reales. Sus
rostros que recordamos sin fisuras dentro de la memoria, nos abrazan en nuestra
realidad decadente de incertidumbres; cargada de miedos; constipada de
sentimientos. Salimos de casa, ahogados dentro de nuestros recuerdos, sin
sentir el aroma, de la vida, que se esconde bajo objetos que nos hablan desde
su soledad, pues ellos, también sueñan con volver al ayer.
A la memoria de mis cuatro abuelos, quienes de vez en cuando me visitan en
mis sueños. Os quiero
Ana Tapias( todos los derechos reservados(
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