domingo, 13 de diciembre de 2020

Sin mascarilla

Pasé el Covid en la peor etapa, cuando más muertos hubo en mi ciudad Segovia; cuando nadie iba con mascarilla. Desde entonces, he perdido el olfato del rostro;  he olvidado la memoria de los gestos;  he secuestrado el canto de la esperanza en una mueca; he silenciado palabras en mi diccionario de supervivencia. Desde entonces, busco dentro de las mascarillas, el espejo de personas, que se encuentran a salvo de la incertidumbre dentro ellas. Desde entonces, hallo a personas desdibujadas, desfiguradas, desfragmentadas, por la erosión del dolor, de una enfermedad, que ha creado seres invisibles, con ojos que lloran en el seno de una sociedad,  que ha tenido que aprender a respetar la distancia del sufrimiento

 

 

© Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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