Cada invierno, parece que nos sorprende la
llegada de la nieve, estamos tan acostumbrados a que todo vaya bien; a que
nunca tengamos dificultades para caminar; a que el frio sea parte de la utopía
del pasado; que cuando regresan los
copos nos quedamos congelados de incertidumbres, nos paramos incrédulos ante el
paisaje, que parece que nunca va a cambiar. hasta que lo hace sin preguntar a
nuestros miedos, que nos alimentan cada día, para que permanezcamos alerta ante un mundo, que se
deshace en silencio delante de nuestros pasos, que son tan fugaces como nuestras
vidas, dibujadas bajo el techo de hogares prefabricados para llorar dentro del
olvido
Ana Tapias) todos los derechos resrvados©
No hay comentarios:
Publicar un comentario