Formo
parte del
frio de mi infancia, donde la vida era subirse a los zapatos de tacón de mi madre, de mi abuela, para ser otra. Ahora que soy otra, quiero volver a aquella niña, que
creía que los muñecos de nieve no derramaban lágrimas; que susurraba a los
muñecos de nieve frases sin abecedarios; que iluminaba a los muñecos de nieve
con la esperanza; que acariciaba a los muñecos de nieve sin guantes; que
cantaba a los muñecos de nieve sin mancharse de olvido. Pero, el hielo se adueñó
de mis latidos, para convertirme en un esqueleto con memoria del frio.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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