La lluvia se posa dentro de los edificios, que contienen la memoria del ayer. El ayer, se evaporó, pero no de los recuerdos de quienes lo sintieron, pero no de los recuerdos de que quienes lo soñaron, pero no de los recuerdos de quienes los abrazaron. La lluvia inmersa en sus propias distancias de incertidumbres, llora lo perdido, buscando en el fondo de la nostalgia un suspiro que la acerqué a lo vivido.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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