domingo, 23 de octubre de 2022

El dolor de la guerra

 Me cuesta escribir sobre la guerra de Ucrania, porqué el sufrimiento de los ucranianos, me traspasa coma si fuera pequeños cristales, que me invaden, que me asfixian, que me ahogan mi supervivencia. Los periódicos, se acumulan en mi escritorio; veo muchas imágenes de víctimas. Una de ellas, es del 11 de junio en el Donbás. Un hombre ,permanece en cuclillas  sobre la hierba; a su lado, está el cadáver de su novia. El hombre, llora frente a su altar de amor, que ha sido alcanzado por un misil o por una bala rusa. La mujer, aislada del recuerdo, ha dejado de sonreír, ha dejado de hablar, ha dejado de amar, por la crueldad de una invasión que crea miles de héroes, de heroínas, de huérfanos, de almas que vagan por el universo de sangre, extendida por un país que lucha, que sobrevive, que intenta no ser parte de la mente de un dictador;  quien no cesa de bombardear; quien no se intimida ante la vida de seres inocentes; quien no sueña con la felicidad, sino con la masacre, de un pueblo, que no entiende de guerras, que no habla su idioma, que no escupe odio. Un pueblo, que anhela no ser sacrificado. Un pueblo de gente sencilla, trabajadora, honesta. El hombre, tal vez algún día se levante y sea capaz de caminar sin miedo; pero, ella, quedará pegada a la hierba, donde su cuerpo permanecerá como si fuera un sacrificio del destino, donde acudir a susurrar la palabra: paz.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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