Veo a la
mujer, de Félix Madariaga, represaliado, por el régimen de Nicaragua, en una
entrevista. Se llama Berta. Su marido, ha sido encarcelado y condenado a 13
años de cárcel, por hacer oposición al régimen. Hace años, que he perdido
la noción de Nicaragua, que ahora vuelve a la actualidad de mi sentimiento,
gracias a esta entrevista. Félix, está en el "Chipote”, espacio para la
tortura; para la crueldad, para las lágrimas de los detenidos; quienes son salvajemente
olvidados en sus celdas; de donde son sacados, para firmar sus condenas. La televisión,
muestra la imagen del Félix, un periodista le pregunta. Aparece, aturdido,
demacrado, solitario, habla desde su verdad, la que ha llevado ser perseguido;
como tantos otros nicaragüenses, que han decidido luchar por una sociedad
justa; sin lideres convertidos en seres intocables; quienes acuchillan la
libertad; quienes golpean la razón; quienes matan la inteligencia. Berta,
huyó de Nicaragua junto a su hija. Viven en el exilio, en la lejanía, en la
ausencia de sus raíces, de sus orígenes, de sus genes, de su pasado de patria.
Berta, entera, durante toda la entrevista, al final se emociona, se la escapan
lágrimas, que hemos de escuchar, que hemos de aplaudir, que hemos de arropar,
con nuestra condena a una dictadura, que ha de ser transformada en una democracia,
donde el pueblo sea soberano.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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