domingo, 27 de noviembre de 2022

La casa de mis abuelos

 

La casa de mis abuelos, se deshace en la erosión del olvido de sus hijos, que van muriendo; y de sus nietos, que descuartizan el sufrimiento de las sombras del pasado, para ponerlas a la venta, entre odios y venganzas, para terminar en manos de extraterrestres con otros apellidos; quienes tiran, quienes reconstruyen, quienes bautizan, nuevos espacios, con su calor, con su sudor, con su olor; pero el pasado vuelve a mis pesadillas. Mi tía, mayor, que se fue hace más de treinta años (no la veo la cara, si el pelo; lleva media melena. Me extraña, la recuerdo con el pelo corto. Al no ver su cara, no me asusto). Mi tía, está enfrente de la casa de sus padres, delimitando un huerto; cargado de barro. O ha llovido, o se cultiva así, piensa, mi inteligencia dormida; que se asusta de ver sus pies sumergidos dentro del barro. Mis abuelos, también se encuentran allí. He de girar mi cámara, de la memoria, para verlos mejor. Sus pies, están repletos de barro. Son mayores para coger humedad en los pies, pienso.  Debe ser el amor a la tierra, a las raíces, a lo que nunca defrauda, pienso.  La casa de mis abuelos, siempre será mi abrazo a la naturaleza, a las vacas, a las gallinas, a los burros, a las personas a las que pertenezco mis abuelos paternos; cuyos cuerpos, iniciaron un viaje hacía la eternidad, donde los hallo, sin miedo, sin palabras, en medio del silencio, donde los escucho y los entiendo.

A la memoria, con todo mi amor, a mis abuelos paternos: Evarista y Saturnino, siempre en mi corazón

Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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jueves, 24 de noviembre de 2022

Caer en la tristeza


 

A menudo, saltamos sobre la tristeza; son esos momentos, donde nos creemos que somos eternos, que ningún cuchillo, podrá rebanar nuestro cuello, para convertirlo en alimento de los gusanos; que nos esperan ansiosos, tras una larga de vida, de sonrisas, de lágrimas, de incertidumbres, de aplausos, de fracasos, de intrigas, de dramas, de sueños, de pesadillas; y los gusanos, ávidos de engordar, se esconden debajo de la almohada, esperando nuestro último suspiro; que se ahoga dentro de la lluvia, que nos desnuda de palabras y nos convierte en silencios, atrapados dentro del olvido

A mis cinco sobrinos con amor, para que no me olviden. Os quiero.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

martes, 22 de noviembre de 2022

Invitación al otoño


 El paso de las estaciones, nos sumerge en las pequeñas sensaciones de cada una de ellas; en el verano, el calor abrumador, no nos invita a acercarnos a los parques, tan solo si buscamos refugio, debajo de los árboles, o la bendita agua de las fuentes, para refrescamos del tedio de no dejar de sudar; cuando el calor enmudece, llega el otoño a nuestras pupilas, que se llenan de hojas, que acumulan despedidas; entre las que es bueno entrometerse para dialogar con su olvido, que será el nuestro, cualquier primavera.

Ana Tapias( todos los derechos reservados(©


lunes, 21 de noviembre de 2022

Nuestras fronteras

Envueltos en los precios, que nos obligan a mirar, a buscar, a indagar, entre tiendas, para así no ser más pobre de lo  que ya somos; entregados a la distracción de los me gusta, en el mundo virtual; soñando con no abrir el buzón y encontrarnos con la factura de luz; olvidamos nuestras fronteras, que son zonas para proteger. España, tiene problemas con Marruecos; cuando nos portamos bien, controlan sus fronteras; pero si por algún azar del destino los cabreamos, no se inmutan ante la avalancha de seres humanos; quienes son las víctimas de unos y de unos otros; llamase Presidente o llamase Rey . El tráfico de seres humanos, que lloran, que ríen, que aman, como nosotros, se desdibuja en los sillones presidenciales, que bastante tienen con salir, guapos, en las fotografías, cargados de retoques; como para encima molestarse en ejercer la empatía con aquellos, que buscan una salida a su deteriorada existencia; los ciudadanos, agotados de patear las tiendas; de alumbramos con la linterna del móvil; de calentarnos con pijamas gorditos;  no podemos abrazar, a esos rostros , que se cuelan en nuestro país para soñar con sobrevivir; sumándose tragedia, tras tragedia, al lado de nuestras hogueras de incertidumbre.

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domingo, 20 de noviembre de 2022

La felicidad es una nube

La felicidad es una nube, que revoletea a nuestro alrededor. A veces, se posa nuestro pensamiento, lo aconseja, lo escucha, lo seduce; a veces, baja hasta nuestra mirada, la nubla, la vence, la invita a olvidar la alegría; para entregarse al sufrimiento, que ciega, que oscurece, que daña el equilibrio hasta derribarlo y dejarlo aterido del frio en medio de la nada, de donde es imposible volver.

 
Ana Tapias( todos los derechos reservados©

miércoles, 16 de noviembre de 2022

En los días

 

En los días de lluvia, te busco Lorenzo, bajo la sombra del pasado. Acudo a nuestra cita invisible; hablo con tu recuerdo de niño, que me enseñabas a ser amada, desde tu inocencia, cargando la mía de esperanza, de un presente que nos separó; pero no en mi memoria, que te llama; que te necesita, que te busca, cuando me siento triste, cuando la soledad me invade, cuando anhelo un abrazo para sobrevivir con dignidad. Tal vez, no me recuerdes, en los días de lluvia, pero tú para mi eres mi paraguas, donde me refugio de las lágrimas, que a tu lado son capaces de sonreír.


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sábado, 12 de noviembre de 2022

Tiempo de huida


Ante el dolor, viajo hasta el mundo del revés. Busco una dirección, que me sacuda hacia la alegría. Me cuesta entender la vida, sus trabalenguas, sus jeroglíficos, sus laberintos; que  me conducen a la nostalgia, ante la tristeza, ante la soledad, de calles, de edificios, de cuerpos; que no llevan mi nombre; que me escupen cuando me hablan y ante los que solo me queda mirar desde mi pequeñez. Pero si ando del revés, crezco ante el destino, soy libre, soy persona, que vuela entre realidades, que sueña entre hojas, que se posa dentro del susurro, para quedarse quieta, agazapada, incrustada en el mañana, donde mi voz se escuchara detrás de las montañas.

Ana Tapias( todos los derechos reservados©


jueves, 10 de noviembre de 2022

Rincón de la memoria


 Esta hoja, ha quedado clavada en un árbol, plantado en el jardín de mi infancia, y la de mis sobrinos. Recorríamos un breve trayecto, cargados con cubos, con palas, con cacharritos, con coches; que extendíamos por un parque sin muchos metros, pero los suficientes para crear pequeños paraísos, donde éramos felices. En la tierra, quedarán las huellas de nuestros sueños; que atrapaban cubos de agua, de la fuente cercana;  que mis sobrinos, hábiles arquitectos, volcaban sobre la arena, para moldear ciudades, con cimientos de esperanza;  que arrojaban por todo el lugar; que se llenaba, de voces, diminutas, que golpeaban la inocencia de los árboles centenarios; que a veces, en los días de viento, susurraban,  para ayudar a derribar lo que el paso de los años, han convertido  en un rincón, al que regresar cuando la nostalgia se apodera de mi memoria.

A Guille, y Santiago, os quiero con locura



 

 

 Ana Tapias( todos los derechos reservados(©

 

 

martes, 8 de noviembre de 2022

Palidez del sufrimiento

 


El paisaje envejece, en nuestra mirada, que se agota, día a día, por las noticias que nos rodean para asesinarnos lentamente, dejándonos el pulso sin sentido; perdido entre direcciones de la utopía; que se niega a avanzar, a ser feliz, a continuar por el camino de la supervivencia; que se erosiona, dentro de espejos, a los que no nos podemos asomar. El paisaje, palidece de miedo al quedarse sin sombras
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domingo, 6 de noviembre de 2022

Rutinas

 Vivimos inmersos en la rutina de la inflación, donde miramos por debajo del hombro, que en este caso es el bolsillo, a los productos que necesitamos comprar para sobrevivir, para que nuestro cuerpo no caiga derrotado en medio de las calles, llenas de baches, al menos si vives en Segovia. Por ello, intentamos desprendernos de la sensación de pertenecer a un país, que se desdibuja bajo nuestra ignorancia. A finales, de junio, sorprendidos por el sudor, anclados al abanico, sujetos a las duchas frías, se produjo en la ciudad Autónoma de Melilla(aún es una provincia española)  un asalto a la valla( qué pena existan vallas, pero claro, si la han construido, será por algo) y resultaron heridas 323 personas y murieron 18 personas;  de las que no conocemos sus nombres. Son seres, sin bautizar en nuestra realidad, que se ha acostumbrado a la ausencia de la verdad; pero esas personas, lloraban como nosotros; reían como nosotros; soñaban como nosotros y merecen un respeto de nuestro pensamiento; que ha decidido no leer, no ver, no preguntar; solo seguir caminando entre precios, que nos dejan con los ojos vendados, para el sufrimiento de los demás que es tan galopante como la inflación.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

 

viernes, 4 de noviembre de 2022

Silencio de la despedida


La vida, se suma al adiós, que no cesa, que no deja de caer, que no se rinde ante nuestros cuerpos deteriorados por la tristeza, que se posa en las camas de nostalgia; donde agonizamos atados a la esperanza, colgados del tiempo, vencidos por el dolor; que nos invita a irnos sin mirar atrás;  sin dibujar   nubes; sin sentir la brisa del mar, que humedece nuestros ojos hasta llenarlos de memoria, que inundan las calles de nuestra infancia, que pueblan los besos de nuestra adolescencia, que caminan en nuestra madurez, para detenerse delante de nuestra vejez y ser invitados a soñar con el olvido.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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