Envueltos en los precios, que nos obligan a mirar, a buscar, a
indagar, entre tiendas, para así no ser más pobre de lo que ya somos; entregados a
la distracción de los me gusta, en el mundo virtual; soñando con no abrir el
buzón y encontrarnos con la factura de luz; olvidamos nuestras fronteras, que
son zonas para proteger. España, tiene problemas con Marruecos; cuando nos
portamos bien, controlan sus fronteras; pero si por algún azar del destino los
cabreamos, no se inmutan ante la avalancha de seres humanos; quienes son las
víctimas de unos y de unos otros; llamase Presidente o llamase Rey . El tráfico
de seres humanos, que lloran, que ríen, que aman, como nosotros, se desdibuja
en los sillones presidenciales, que bastante tienen con salir, guapos, en las fotografías,
cargados de retoques; como para encima molestarse en ejercer la empatía con
aquellos, que buscan una salida a su deteriorada existencia; los ciudadanos, agotados de patear las tiendas; de alumbramos con la linterna del móvil; de
calentarnos con pijamas gorditos; no
podemos abrazar, a esos rostros , que se cuelan en nuestro país para soñar con
sobrevivir; sumándose tragedia, tras tragedia, al lado de nuestras hogueras de
incertidumbre.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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