A menudo, saltamos sobre la tristeza; son esos momentos, donde nos creemos
que somos eternos, que ningún cuchillo, podrá rebanar nuestro cuello, para
convertirlo en alimento de los gusanos; que nos esperan ansiosos, tras una
larga de vida, de sonrisas, de lágrimas, de incertidumbres, de aplausos, de
fracasos, de intrigas, de dramas, de sueños, de pesadillas; y los gusanos, ávidos
de engordar, se esconden debajo de la almohada, esperando nuestro último suspiro;
que se ahoga dentro de la lluvia, que nos desnuda de palabras y nos convierte
en silencios, atrapados dentro del olvido
A mis cinco sobrinos con amor, para que no me olviden. Os quiero.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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