Sujetando
al silencio se abraza la vida; es ella, una flor que suspira su existencia, junto a una
alcantarilla; que le invita a ser devorada, a ser tragada, a ser
aniquilada; por la costumbre, por la sociedad; por la monotonía de la
supervivencia; que no busca héroes; que no reclama heroínas; tan solo, seres
sumisos a los espejos creados; que no protesten, que sigan huellas, que se
sometan a la infelicidad impuesta; por eso, ella, se sabe única; se cree
importante; se adorna sola; para resistir al tiempo; para acercarse a la soledad; para
besar al destino, que le invita a ser libre en medio del olvido
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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