“A mis queridos padres; les mando esta fotografía en mi prueba de
mi cariño" Flora. Al otro lado de las palabras, resplandece la
juventud, de una mujer de su tiempo: con pelo recogido en un moño; con una
blusa blanca cerrada, abotonada, que no da lugar a engaños, que propicia silencios,
que conjuga lucha; la lucha de una mujer valiente, que dejó su pueblo, Maello,
para venirse a Segovia; donde conoció a
su marido, Manuel, con el tuvo tres hijos: dos niñas y un niño, a quienes dejó huérfanos,
muy pronto; pero ella, inhiesta, segura, aguerrida, trabajó en una casa de
señores, sin un riñón, para sacar adelante a sus hijos, que tuvieron que
buscarse la vida, en la adolescencia; para no sucumbir a la pobreza; para no
rendirse al hambre; para no caer en la tristeza; dando a su madre, un destino
tranquilo, al final de sus años. Acaricio una y otra vez, esta imagen, que me pertenece
pues yo soy ella; pues ella soy yo; pues las dos, formamos parte de una
estirpe, que sigue en pie, después de años y años, de lágrimas, que dibujan
sueños en el horizonte.
Con amor, a la memoria de mi bisabuela: Flora Sanz Cristóbal.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(©
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