Es un alarde de osadía, escribir sobre el arte y los
artistas; pues somos almas intransigentes, que nos rebelamos contra el dolor; contra
el miedo; contra la incertidumbre; contra la sociedad; contra la costumbre. El
artista, suele ser un visionario, que camina en solitario, arropado por su
sensibilidad; que fluye entre las
estaciones, que van y vienen en su mente libre; arropada o destapada por la
belleza del momento; que es lo más
importante para su mirada diferente; para su cuerpo lacerado; para sus pies
exhaustos de saltar barreras, de crear palabras, de soñar mundos, imposibles de
entender, entre las ruinas fantasmales de la supervivencia; donde llora el artista
en objetos, que son pequeños calendarios de su fantasía. Ser artista es un acto
de libertad.
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