Hay un
momento de vértigo, tal vez de silencio; cuando el sol se despide del día, que
es como si la vida nos invitará a seguir a la oscuridad; que es la muerte de
nuestros cuerpos, anclados en el deber de resistir hasta la extenuación del
sentimiento; que abraza a nuestros espejos en la noche; que se despide del mañana,
que tal vez, llegue o no llegue; que suspira
a la la necesidad de vivir un amanecer
más; para escribir nuestro deseo de eternidad.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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