Suelo comprar el periódico los sábados, debido a que mi adicción a la lectura, necesita
palabras escritas sobre la realidad; así
que, sujeta aún por mis pesadillas, y
con mi pijama de ausencias; vagabundeo por todos rincones del mundo, hasta que
mi letanía de sufrimiento, se detiene en dos rostros abandonados en el destino;
se llamaban Fati y Marie; eran madre e hija; mis ojos se niegan a creer lo que
veo: sus cuerpos pegados el uno al otro, se hallan boca abajo, cubiertos de
arena; se desnudaron de la vida, en el desierto entre Túnez y Libia; imagino
que murieron exhaustas por el calor, por el hambre, por la sed; sus cuerpos son
los de dos heroínas, que saltaron las barreras del miedo en busca de una vida
mejor, que para ellas es el olvido¿ Quién es el culpable de estas muertes?
¿Quién disparó tanto odio para que tuvieran que huir? ¿Quién duerme tranquilo
mientras que sus cuerpos se descomponen? Alguien es el culpable de estos
asesinatos, pero nunca sabremos su nombre, ni sus apellidos; como tampoco sabremos,
los de tantos otros, que también murieron en esta frontera, cuyos límites están
dibujados en lágrimas; que mis ojos aún dormidos intentan rescatar del ayer.
Con cariño, con admiración, a todas las víctimas de las guerras.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(©
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