He nacido en una ciudad, donde las iglesias románicas
rodean mi cuerpo, lo envuelven con sencillez, con austeridad, con suavidad; lo
protegen del frio, para que no caiga en el olvido; lo invitan a soñar con el
pasado; lo deslizan hacía la memoria, de aquellos, que están enterrados bajo el
silencio; que se lee en las columnas, como si fueran palabras imposibles de
abrazar, que vuelan hacia el universo; donde el tiempo construirá esculturas a
las que admirar. El románico se ha instalado en mi mirada para morir conmigo.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias García
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