jueves, 13 de diciembre de 2012

Ayer

Amanece con frío, he dormido de un tirón, estuve caminando cuatro horas casi seguidas, con dos amigos, y eso me dejó sin pies, pero feliz. En mi paseo me encontré con el puesto de castañas, que venden olor y sabor; con niños, que salían entusiamados del colegio; con la nieve ,que se alza en la sierra; con la melancolía en los rostros, rostros de una hombre y una mujer, con un carro de la compra rojo. Compraban en los cubos de basura. Ayer lo ví y hoy lo escribo.
Ana.

2 comentarios:

  1. Bonito texto.

    Al citar la castañera me he acordado de mi infancia, cuando en las tardes invernales comprábamos un cucurucho de una docena casi más para calentarnos las manos que para comérnoslas (pues a veces estaban podridas la mitad).

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  2. Las casteñeras de antes, no son como las de ahora, nada lo es. Perdímos la inocencia y eso eran las castañas.

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