Apenas se nota que es luna, a pesar de ello se adentra en mí mirada. He de confesar que no soy nada lunática, ni persigo al hombre lobo. Persigo a las 6.26 de éste amanacer la soledad. La soledad de mi mente, que aún no está contaminada por el ruido. El ruido de pasos que me llevan a otros mundos, Mundos que no entiendo y no me son explicados, mundos díficiles de dibujar, mundos que rompen mí silencio.
Ana.
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