Ayer comentaba con mi hermana el asunto de robos de bebés en Melilla. Hay noticias que me hieren sólo de leerlas u oirlas: como los padres que se intercambiaron a sus hijas para violarlas: creo que eran niñas de cinco años. Mí mente se vuelve asesina contra ellos. Asesinaria sus cuerpos y se les entregaría a los depredadores, depredadores de la inocencia que violan. No comprendo el afán de los matrimonios que no pueden tener hijos de robar otros hijos. Hijos que tal vez no lleven una " vida mejor con ellos·, excusa blandida para el robo. Tal vez sean felices con sus madres, sea cual sea su manera de vivir. No entiendo el afán de posesión de otras vidas. No entiendo el comercio, ni la violación de la infancia. No entiendo a un mundo que destruye y nunca lo entenderé.
Ana.
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