" la Serapia era la tia de Alicia, mi amiga, la traté en muchas ocasiones y siempre lograba sacarme una sonrisa. Era una de sus mujeres con chispa, ingenio, y dulzura en la mirada. La Serapia se lanzaba a las calles de su barrio de Segovia, San Lorenzo, como si fuera la tia de todos. Esa tia que regalaba besos y preguntaba una y otra vez lo mismo. Esa tia que iba a las tiendas y no pasaban indiferente ante los demás. Esa tia inocente salpicada por los vaivenes de la vida y la vida se ha ido de ella. Ella tuvo una muerte consentida. Una de esas muertes que llegan a los casi noventa años con las ganas de terminar de caminar. Serapia siempre vivirá en cada uno de nosotros. Todos tenemos una tía parecida",
Con todo mi cariño a su familia.
Ana
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