Tras el brutal del descarrilamiento, las pequeñas historias de la gente que iba en el tren, nos han dado lágrimas y muchas esperanzas. Lágrimas de todos aquellos que dejaron sus vidas en la curva. Curva que nunca debería haber existido. Leo en sus fotos. Fotos felices y con ganas de futuro. El futuro de mi paisano" Curro" que murió a sus 27 años. Se me escapan muchas lágrimas al ver a Curro y a las otras víctimas. Víctimas imposibles de cifrar con el dolor. El dolor de un hombre que iba demasiado deprisa. Hay a pesar de todo un lugar para la esperanza. La esperanza de quienes se salvaron. Se salvaron porque es asi la vida. Se salvaron gracias al esfuerzo de mucha gente que dejó sus manos para que lo hicieran. Manos de la entrega a la vida. Manos que supieron hacer de la crueldad un recuerdo.
Gracias a esas manos tengo áun esperanza.
Ana Maria Tapias Garcia.
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