En los charcos las imágenes no se derrumban, fuera de ellos sí. Los rostros se someten a las embestidas de la erosión. El rostro de Philip Seymour ha sido arrastrado por la droga. Las circunstancias obligan a poner andamios en los sentimientos y tal vez Seymour agotado de hacerlo se dejó llevar por la heroína , y su fachada quedó enterrada en el mundo de las imágenes.
Ana Maria Tapias Garcia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario