La vieja Europa esta asustada, a sus fronteras llegan miles de refugiados procedentes de paises en guerra, duermen al raso, esperan dejar la ropa sucia en el andén, coger un tren que les lleve a libertad, a no ser perseguidos por las bombas, por la metralla, por la muerte. Entran felices sin saber adónde van, sabiendo que muchos han quedado atrapados bajo las aguas, afixiados en camiones, cubiertos de odio, de gritos, de sangre.
La vieja Europa ha de acogerles, abrazarles, son víctimas de la crueldad.
Ana Tapias.
La vieja Europa ha de acogerles, abrazarles, son víctimas de la crueldad.
Ana Tapias.