Fotografió mi sombra para no olvidarme, para saber que soy real. La Estación de Gevgelija, ciudad frontera entre Macedonia y Grecia, acoge a miles de refugiados sirios, afganos, iraquies, paquistaníes, bangladesíes, y subsaharianos, agolpados, esperan en la terminal del tren, para tomar asiento en un vagón que les lleve a Serbia, y desde allí cualquier país Europeo. Huyen de la guerra, del hambre, del horror como si fueran culpables, son víctimas sin nombre, fusilados entre el blanco y el negro, con lágrimas que sueñan sonreir.
Fotografió, a través de mis palabras, su sombra que es silencio.
Fotografió, a través de mis palabras, su sombra que es silencio.
Ana Tapias
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