Las rosas bailan al son del viento, los que no somos, flores, bailamos al ritmo de besos robados, de besos no dados, de besos aupados al recuerdo. Bailamos pegados a las sonrisas de familiares, amigos, conocidos. Bailamos sujetos a lágrimas aún por derramar. Bailamos mirándonos en el espejo de la monotonía, esperando que no se rompa en mil pedazos, para que nuestro cuerpo encaje en la pista de baile.
Ana Tapias
No hay comentarios:
Publicar un comentario