Al otro lado del amanecer se encuentran nuestros miedos. Miedo a vislumbrar la felicidad, y no saber disfrutarla. Miedo a olvidar el enjambre de lágrimas que nos acosa desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Matamos, robamos, escupimos bombas. Hacemos guerras imposibles de parar. Somos cómplices de ladrones a quienes votamos. Lanzamos proyectiles de indiferencia a los que nos extienden las manos en las calles.
El miedo desfigura nuestras palabras. Caminamos mudos, sin aliento, conspirando con el silencio.
El miedo desfigura nuestras palabras. Caminamos mudos, sin aliento, conspirando con el silencio.
Ana Tapias
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