Hoy he caminado junto a mi amiga, Laura , en la "Marcha de APADEFIM". Asociación segoviana para personas con minusvalías psiquicas. La emoción me embargaba, compartía mis pasos con hombres y con mujeres que no me iban a juzgar, que me sonreirían como si fuera maravillosa, que me regalarían su mundo interior sin pedirme nada a cambio. A mi alrededor, rostros tejidos por años de superación combatían la lluvía que caía lentamente; cuerpos esclavos a sillas de ruedas anhelaban volar hacia las nubes para ser libres; hermanos y hermanas se abrazaban olvidando la barrera del cromosoma 21.
Al final de la Marcha hubo una rifa, uno de los ganadores fue un veterano de la Asociación, subió al escenario a buscar su regalo. Tenía ganas de hablar. Sus palabras sencillas me hicieron llorar.
Descubrí la vida que llevaríamos si acariciaramos al silencio.
Al final de la Marcha hubo una rifa, uno de los ganadores fue un veterano de la Asociación, subió al escenario a buscar su regalo. Tenía ganas de hablar. Sus palabras sencillas me hicieron llorar.
Descubrí la vida que llevaríamos si acariciaramos al silencio.
Con cariño a Laura Muñoz, por caminar a mi lado.
Ana Tapias
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