domingo, 29 de noviembre de 2015

La pereza

Estodias, he entendido lo díficil queescuchar las tragedias ajenas, nos parecen frívolas, alocadas, egoistas, absurdas. Vivimos  encerradoen nuestro mundo, ignorando a los que lloran, por miedo a olvidaqusolo nosotros importamos, qufuimos bautizados para sonreir, no para someternos al rugido del viento, ni  a la mar embravecida, ni a ahogarnoen medio del océano.
La pereza nos arrebata el sentimiento.

Ana Tapias

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