La lluvia, cae temblorosa sobre los tejados, roza el suelo, acaricia a las hojas, moja unos pies, están desnudos de sueños. Han olvidado lo que es un hogar, dormir bajo un techo, comer caliente, echarse la siesta viendo la televisión, mirar la lluvía tras los cristales con la certeza que en algún momento parará, quejarse del trabajo y de los compañeros, ir a hacer la compra. Las gotas se posan en sus ojos, llora. La lluvia le arrebata la esperanza.
Ana Tapias
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