Melchor, Gaspar y Baltasar, se pasan el año desaparecidos. Algunos opinan que están dormidos. Otros que están vigilando y anotando las travesuras de los niños. Los más optimistas apuestan que están entrenando, para el arduo ejercicio de escuchar a cada niño, de subir y de bajar del caballo, de buscar un lugar para dejar el caballo, de entrar y salir de las casas de puntillas, de aparentar ser felices, de llorar por la emoción de regalar sonrisas.
A pesar de no saber dónde viven, siempre les escribo una carta, que no sé si les llegará.
!Queridos Reyes Magos!
Me llamo Ana, tengo 45 años, solo os pido que no os llevéis mi ilusión, pues gracias a ella me levanto cada día.
Ana
Ana Tapias
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