Creo que se llama Luz Divina, o tal vez no, nunca
lo sabré, pero ella me dio ese nombre, con el que aparece en mi corazón. La
conocí hace muchos en un parque, donde yo cuidaba a mis sobrinos, y ella,
acudía a sentirse acompañada por las risas de los niños. Mis sobrinos, han crecido y ya no van al parque, así que,
nos saludamos con afecto por la calles. Hace ocho años, era una mujer menuda,
que caminaba sin bastón; sus pasos eran solventes; su mirada rápida, ágil,
sencilla; su voz dulce, tranquila, sosegada. Es creyente, y desde su fe aguanta
todos los dolores que padece. Un cáncer de ovarios, la llenó de cobalto, que la
ha dejado secuelas pues tiene diarrea permanente; se ha caído varias veces, y, tiene
muchos dolores en la espalda. Ayer, la vi, se sentó en un banco, camina con
dificultad, ayudada por un bastón; su rostro, estaba muy demacrado; encontré a
la muerte en él. Luz Divina, necesita abrazar a su dios, quien la rescatará,
del precipicio de sobrevivir, cada día, a su soledad.
martes, 14 de junio de 2022
Luz Divina
Con cariño a Luz Divina
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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