Cerrar los ojos, para ser anatomía del olvido,
que se compra, que se vende, en los mercadillos de la memoria; donde el
yo, ha quedado relegado a ser un eco del ayer; que lo cubre de negro, que lo
silencia de abecedarios, que lo posterga al exilio de formas, de costumbres, de
soledades, que juegan rotas delante del espejo, sin posibilidad de volver a ser las que fueron;
sin posibilidad de llorar su adiós; sin posibilidad de descifrar su cuerpo, que
se tumba sobre el horizonte, para ser abrasado por el mañana.
Ana Tapias) todos los derechos reservados)©
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