Mis lágrimas, permanecen atrapadas dentro de un lago de incertidumbres, de
quejas, de sufrimientos, que no se atreven a desbordarse por miedo a suicidarse
y no volver abrazar el atardecer; donde los sueños, hablan, gritan, vocean; donde
los sueños, insisten en rebelarse contra lo establecido; donde los sueños, vuelan
sin cadenas hacia su destino; que se tambalea, entre la monotonía impuesta por
la dictadura, que prohíbe, cualquier
atisbo de rebelión, pero el hambre, pero la pobreza, pero el dolor, no me
detendrá, seguiré caminando con lágrimas entre mis manos.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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